15 de junio de 2018

Fisht Stadion. “Teniendo el charco, ya se encontrarán los demonios”

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Fisht Stadion, Sochi.

Casi la mitad de los estadios del Mundial Rusia 2018 están ubicados en ciudades que no cuentan con un equipo en la máxima categoría del futbol ruso, la Russian Premier League (RPL). Un total de 5 de las 11 ciudades mundialistas cuentan con estadios nuevos que albergarán en la temporada 2018-19 a equipos de la segunda categoría, la liga Nacional de Fútbol (FNL). Kaliningrado, Saransk, Nizhni Nóvgorod, Volgogrado y Sochi.

La designación de las sedes mundialistas se realizó en base a criterios de geoestratégicos y en el marco de la idea general del gobierno ruso actual de desarrollar las regiones (descentralización) con la construcción de infraestructuras y la concesión de eventos. No fue una elección acorde a la demanda futbolística [1]. Otro ejemplo evidente es la designación de la final de la Copa de Rusia, que desde la desintegración de la Unión Soviética hasta el año 2009 se disputó siempre en estadios moscovitas, y que a partir de ahí se ha trasladado a regiones más periféricas: Rostov del Don (2010), Yaroslavl (2011), Ekaterimburgo (2012), Grozni (2013), Majachkalá (2014), Astrakán (2015), Kazán (2016), Sochi (2017) y Volgogrado (2018). La idea es salir del centro eslavo y económico cuyo radio sería el eje Moscú – San Petersburgo para llegar e implementar a las Repúblicas Autónomas, especialmente en el conflictivo Cáucaso ruso.


Para evitar que los estadios se conviertan en elefantes blancos como en ha ocurrido en anteriores sedes de Sudáfrica o Brasil, el gobierno ruso encargará a los gobiernos regionales la gestión de las infraestructuras heredadas del Mundial. En su anual programa televisivo “Línea directa”, Vladimir Putin expuso que los estadios mundialistas han supuesto un coste económico muy alto y que tras la disputa del Mundial deberán generar dinero albergando centros comerciales, cafés, restaurantes, gimnasios… Hay un dicho muy popular en la época soviética: “Primero tomaremos la decisión, y luego ya veremos cómo lo hacemos”.


La ciudad de Sochi tiene un clima excepcional dentro de la Federación Rusa. Ubicada en el ‘krai’ (región) de Krasnodar a orillas del mar Negro y protegida del frío boreal por las montañas del Cáucaso, en enero las temperaturas allí rondan los 10 grados sobre cero. Fue promocionada como centro turístico durante los años 30 del siglo XX por Iósif Stalin. En la actualidad también ha sido promovida desde el Kremlin por Vladimir Putin, quien veranea allí y fue determinante para que la ciudad albergara los Juegos Olímpicos de invierno en 2014. Además, la coyuntura política también ha realzado a Sochi frente a otros destinos vacacionales clásicos de los rusos en la época soviética como Batumi (Georgia) y Odesa (Ucrania), abandonados tras los conflictos de Abjasia, Osetia del Sur, Crimea y el Donbás.


El Fútbol. El FC Zhemchuzhina -se traduce literalmente como ‘perla’- fue el club representativo de la ciudad durante la época postsoviética. Fundado en 1991, llegó rápidamente a la máxima categoría del fútbol ruso en la que militó durante siete temporadas entre 1993 y 1999. A partir de ahí su historial deambula entre las categorías inferiores y la desaparición: fue disuelto y refunda hasta tres veces, un hecho poco destacable al considerar que más de 300 clubes de fútbol profesionales de Rusia han quebrado durante la época postsoviética. En el año 2010 el club militaba en la segunda categoría (FNL) cuando Rusia fue elegida para organizar el Mundial del año 2018. En ese tiempo se creó el penúltimo intento de retornar a Sochi a la máxima categoría del fútbol.


Proyecto Cherchesov. La temporada 2011-12 fue de transición en el fútbol ruso: se pasaba de un formato de año natural con un calendario que iba desde primavera hasta el otoño a un formato interanual. Para comenzar la siguiente temporada en verano era necesario alargar las competiciones. La liga comenzaría a principios de abril y terminaría a mediados de mayo del año siguiente [2]. Para lograr el ascenso El Zhemchuzhina Sochi tendría que disputar un total de 52 partidos, 38 de la liga regular y otros 14 de la liguilla de ascenso.  El club compuso una plantilla muy fuerte con jugadores nivel RPL: Igor Smolnikov, Guja Rukhaia, Kazbek Geteriev, Aleksander Zotov, Serghei Covalciuc, Denis Boyarintsev, Vitali Bulyga, Igor Shevchenko, Michal Papadopulos; y como entrenador el actual seleccionador ruso, Stanislav Cherchesov. Se colocó líder tras dos meses de campeonato. Entonces el gobierno local se quedó sin dinero para pagar los salarios y la plantilla comenzó a disolverse -aún consiguió algunos buenos resultados- y terminó por desaparecer a mitad de temporada [3]. Posteriormente hubo otro intento de refundar el FC Sochi con un proyecto basado en la cantera que se frustró en el lapso de un año.


Teniendo el charco… El Fisht Stadion o Estadio Olímpico de Sochi fue inaugurado en 2013 para los Juegos olímpicos de invierno 2014. Tiene una capacidad de 48 mil espectadores que se reducirá a 40 mil tras el Mundial, un diseño orgánico y fusionado con su entorno. Tras los Juegos Olímpicos de 2014, el estadio fue remodelado para cumplir con los requisitos de la FIFA y se retiró la cubierta cerrada. Su nombre hace honor al monte Fisht, un pico escarpado y pintoresco de 2.867 metros de altitud ubicado en el noreste de la cordillera del Cáucaso, en la región de Krasnodar. Con un estadio monumental y sin un equipo profesional, la solución para dar uso al Fisht Stadion se ha encontrado en el Dinamo de San Petersburgo, un club histórico y con muy poca masa social que milita en la FNL. Ya desde el pasado mes de abril se publicó la posibilidad de trasladar al Dinamo SPB a Sochi, que se ha concretado durante el presente mes de junio. Mientras en San Petersburgo la decisión ha sido justificada en base a la viabilidad del club, el próximo FC Sochi contará con uno de los mayores presupuestos de la FNL. El Dinamo de San Petersburgo es propiedad de Boris Rotenberg, un oligarca próximo al Kremlin.
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*“было бы болото а черти найдутся”. Provervio ruso: “Teniendo el pantano, ya se encontrarán los demonios”. La palabra ‘болото’ [balóta] equivale en ruso al término ‘pantano’ o ‘ciénaga’ donde al caminar se hunden los pies y el cuerpo. Se traduce aquí por ‘charco’ para mantener el sentido en español y la referencia a la traducción de N. Lébedef del texto de Ilya Ehrenburg compilado en el volumen “España, república de trabajadores”. Editorial Crítica. Madrid, 1932. “Словом «республика» трудно теперь кого-либо напугать. Достоевский писал о Франции Мак-Магона: «республика без республиканцев». С тех пор многое переменилось. Республика доказала, что она не шальная девка, но дама из приличного общества. Русская поговорка гласит: «Было бы болото, черти найдутся». Я не знаю, сколько было в Испании республиканцев до 14 апреля. Теперь в них нет недостатка: республика налицо, следовательно, найдутся и республиканцы.” Hoy, ya es difícil asustar a nadie con la palabra “República”. “Una República sin republicanos”, escribía Dostoievski, hablando de la Francia de Mac Mahon. De entonces para acá, ha cambiado mucho. La Republica ha demostrado que no es una mujer casquivana, sino una señora de la buena sociedad. Hay un proverbio ruso que dice: “Teniendo el charco, ya se encontrarán los diablos”. No sé cuantos republicanos habría en España en el mes de marzo. Desde luego, ahora abundan. No hay mejor cosa que la república, para que se multipliquen los republicanos…


[1] La ciudad de Krasnodar se quedó polémicamente fuera del mundial a pesar de contar con un nuevo estadio del FC Krasnodar ya entonces en proyecto y con uno de los promedios de espectadores más elevados (FC Kuban Krasnodar, 20 mil).
[2] A la longitud del calendario se añadía la del territorio ruso: la FNL es la competición más extensa del mundo, recorre las ciudades a lo largo y ancho del continente ruso desde Kaliningrado hasta Vladivostok (7.361 kilómetros en línea recta y 11 husos horarios).
[3] La mayoría de los clubes de fútbol ruso pertenecen a los gobiernos locales, que se encargan del desarrollo y de la financiación. El presupuesto de las gobernaciones se asigna a final del año natural y son frecuentes los casos de clubes que reducen su presupuesto y quiebran con el cambio de año, a mitad de temporada.

14 de junio de 2018

Nefutbolnaya strana — “No es un país de fútbol”

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Vladimir Vladimirovich durante un encuentro de hockey.

La polémica se desarrolla al estilo del fútbol ruso: comienza con un hecho categórico ‘fakt’, continúa recorriendo las opiniones de los nombres propios (jugadores, entrenadores) y se cierra contradictoriamente con las voces autorizadas de los prohombres, más viejos y prestigiosos. Un tema que sigue vigente ante la expectativa y la repercusión que supone la celebración del Mundial 2018 en Rusia.

Leonid Slutski abrió el debate el 5 de septiembre de 2016. El entonces entrenador del CSKA de Moscú y ya ex seleccionador de Rusia -fracaso en la Eurocopa 2016- afirmó una opinión polémica en forma de una pregunta retórica motivada por la escasa afluencia de seguidores a la inauguración del nuevo estadio del CSKA: 


“Miren el ‘Spartak Stadion’, un estadio lujoso… El Spartak es el equipo más popular del país. Pero el estadio solo se llena contra el CSKA. De resto, su promedio es de unos 20 mil espectadores.  El CSKA es campeón de Rusia, juega en la Liga de Campeones, ha construido un estadio elegante en el centro de una megalópolis de 15 millones de habitantes … y tiene 7 mil abonados ¿Somos un país de fútbol? […] Los estadios de la MLS están llenos. En Bélgica, Turquía, Holanda, Grecia. No estoy hablando de los campeonatos más fuertes. Antes estaba convencido de que las nuevas infraestructuras cambiarían radicalmente la actitud de la gente con el fútbol. Pero la práctica demuestra que estaba equivocado. Miren a [los nuevos estadios de] Kazán, Grozni y Lokomotiv. Allí no hay llenos... Y me temo que la organización del campeonato del mundo como local también tendrá un efecto efímero.” 


Argumentos y hechos. Durante la ’Era Russian Premier League’ que comienza en el año 2002, los promedios de asistencia en el campeonato ruso han oscilado entre los 11 y los 14 mil espectadores. Solo el Zenit de San Petersburgo evidencia un cambio exponencial tras la inauguración del nuevo Estadio Krestovski, en la temporada 2017/18 su promedio se duplicó hasta los 44 mil espectadores [1]. En la Copa Confederaciones 2017 los cuatro estadios rusos promediaron 39.306 espectadores [2]. — En 1971 el promedio de espectadores por partido en el campeonato soviético fue de 30.110.


Las reacciones coincidieron mayoritariamente con Slutski, quien también se convirtió en objeto del debate. La mayoría argumentaba la falta de éxitos deportivos, de infraestructuras y la baja calidad del juego. También se hizo evidente un choque generacional y el contraste con la época soviética. Los nombres más veteranos y respetados del fútbol exsoviético se opusieron a Slutski con los mismos argumentos que sus partidarios… Aquí se destacan algunas de las opiniones:


Mijáil Grushevskiy, exjugador del CSKA: “Estoy de acuerdo con Slutski. Considerar a Rusia como la sucesora de la Unión Soviética en el plano de los logros futbolísticos no es totalmente exacto. Nuestros éxitos se basaron en el fútbol ucraniano y no en el de la República Socialista de Rusia (RSFSR). Y desde la perspectiva del espectador y del éxito deportivo siempre hemos tenido el dominio del hockey. El público está interesado en el tipo de deportes donde su país siempre ha obtenido grandes victorias. Cuando se disputó el encuentro por el campeonato mundial de ajedrez entre Borís Spaski y Bobby Fisher, en el país había un interés colosal por este deporte.”


Maxím Kalinichenko
, exinternacional ucraniano: “La situación en Rusia y en Ucrania es similar. Han surgido muchas alternativas. La gente prefiere quedarse en casa con el internet, encender el televisor. En algún punto se puede entender a Slutski. Incluso es difícil arrastrar a la gente gratis a los estadios.”


Ruslán Nigmatulin, ex portero de la selección rusa: “En los años 50 y 60 llenábamos los estadios. Entonces la gente presenciaba todo tipo de deportes porque no había otros entretenimientos. Nos convertiremos en un país más futbolístico cuando ganemos el Mundial, pero eso aún está muy lejos. Ahora cada palabra de Slutski suena un poco provocativa, porque sus decisiones como entrenador en la Eurocopa decepcionaron a la comunidad futbolística. Pero nada, esto es el mundo del fútbol, la próxima victoria devolverá el respeto a Slutski.”


Aleksander Mostovoi, ex jugador de Spartak, Benfica y Celta: “Siempre hemos sido un país de fútbol ¡Tenemos una larga historia! […] Simplemente [el campeonato ruso] no es interesante de ver a excepción de los partidos de equipos como CSKA, Spartak y Zenit.”


Vasili Berezutski, defensa del CSKA: “¿Slutski ha dicho que Rusia no es un país de fútbol? Ya saben que Rusia no es un país de deportes. Tomen cualquier tipo de deporte. Probablemente con la única excepción de la KHL [liga de hockey]. Me refiero a la afluencia de seguidores. Ganamos la competición de balonmano en los Juegos Olímpicos ¿Y cuántas personas acuden a los partidos de este deporte? Solo van cinco personas ¿Y decimos que amamos el deporte? ¡No lo amamos! Y el voleibol, la natación sincronizada. Por lo que sé, en ocasiones se puede ir totalmente gratis ¡Pero la gente igualmente no va! Así que hace falta popularizar el deporte en Rusia, no solamente el fútbol.”


Valeri Nepomnyashchy, seleccionador de Camerún en Italia’90: “No estoy de acuerdo con que Rusia no sea un país de fútbol, ni deportivo en general. La falta de seguidores en las gradas no está directamente relacionada con la calidad del juego. Aquí el asunto es el de las condiciones de vida en el país, que no permite a la gente acudir a los estadios ni a los pabellones asiduamente. Si se crean condiciones accesibles […] entonces todo cambiará”.


Valeri Gazzaev, campeón de la copa de la UEFA 2005 con el CSKA: “El fútbol en Rusia es inequívocamente un deporte nacional y se ha desarrollado históricamente. Nos convertimos en campeones de Europa [1960], medalla de bronce en el Mundial [sic ¿1966?], nuestros equipos ganaron prestigio en las competiciones europeas, a los estadios acudieron 90-100 mil espectadores y nuestros jugadores fueron reconocidos como los mejores de Europa y del Mundo en diferentes épocas.”


Nikita Simonyan, campeón olímpico en 1956 y máximo goleador en la historia del Spartak: “Nosotros ganamos los Juegos Olímpicos, la Eurocopa, los estadios estaban llenos de aficionados. Por desgracia, en Rusia no ha habido este tipo de resultados. Los espectadores han dejado de acudir en masa a los partidos, pero los encuentros más icónicos como el Spartak – CSKA continúan siendo interesantes para la gente. […] Mi opinión es que Rusia sigue siendo un país de fútbol. Miren cuantas estrellas han surgido en nuestro fútbol: Yashin, Fedotov, Voronin, Ilyin, Isaev, Paramonov, Maslenkin, Netto, Ponedelnik, Streltsov, Tatushin … los apellidos se pueden enumerar y enumerar.”


Kurban Berdyev, entrenador y hombre-proyecto de Rubín Kazán y FC Rostov: “[…] La historia del fútbol en toda la Unión Soviética se construyó desde Kaliningrado hasta Vladivostok, desde Perm hasta el Cáucaso y el Asia Central, a través de las masas y del futbol de niños y jóvenes. […] Para hacer frente a los problemas estratégicos destinados al desarrollo del fútbol en el país no necesitamos mucho dinero, se necesita gente con conocimiento que sepa y quiera resolver estos problemas. Y no decir que Rusia no es un país de fútbol.”


El mismo día en que Slutski abrió la polémica, el portal sports.ru realizó una encuesta en la que votaron 33.058 internautas. “¿Es Rusia un país de fútbol?” El 78% votó “No”.


Irónicamente la expresión "nefutbolnaya strana" ha dado nombre a una producción del canal ‘Match TV’. Una serie de más de 10 capítulos que intenta mostrar con un estilo informal el interés por el fútbol a nivel de calle y amateur por todo el territorio ruso.
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 "не футбольная страна" [nie futbólnaya straná]

[1] WorldFootball.net
[2] Durante la Copa Confederaciones 2017 el aforo se cubrió en un porcentaje relativamente alto: Sochi 63.9%, Kazán 85.7%, San Petersburgo 73%, Spartak Stadion (Moscú) 84.1%.

27 de marzo de 2015

Ucrania: un sistema para Yarmolenko y Konoplyanka

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Yarmolenko y Konoplyanka con la selección de Ucrania.

La Ucrania de Mykhaylo Fomenko. Desde su nombramiento como seleccionador en diciembre de 2012, Mykhaylo Fomenko (66) ha definido a Ucrania añadiendo rigor táctico a las características del estilo eslavo —calidad técnica, entrega física, choque— y manteniendo como identidad la velocidad clásica de los atacantes ucranianos: Blokhin, Protasov, Mykhaylychenko, Rebrov, Shevchenko... Yarmolenko, Konoplyanka.

Tras asumir el cargo de seleccionador con la fase de clasificación para Brasil 2014 iniciada y con el margen de error agotado por una derrota en Kiev ante Montenegro y un empate en Moldavia, el balance de Fomenko incluye victorias de mérito: ante Polonia en Varsovia y en Kharkiv, sobre Montenegro en Podgorica —con 10 jugadores— y un empate contra Inglaterra en Kiev. Resultados que permitieron a Ucrania disputar una plaza con Francia en una eliminatoria que resultó más ajustada en la realidad que en la teoría: tras un 2:0 para Ucrania en Kiev, la Francia de Ribery necesitó una auténtica catarsis nacional, cinco cambios en el once y una atmósfera extraordinaria para imponerse por 3:0 en Saint-Denis.

Con fama de gran motivador y un carácter muy sobrio, Fomenko ha elevado el nivel competitivo de la selección ucraniana. El trabajo de Fomenko ha sido reconocido y considerado de manera unánime como el legado más positivo del ya depuesto presidente de la federación ucraniana, Anatoly Konkov.

Paralelamente a la etapa de Fomenko, la guerra en el Donbass [1] ha añadido un componente emotivo y patriótico a los encuentros de la selección de Ucrania. — Fomenko también ha sumado jerarquía a la selección, solicitando sistemáticamente el aplazamiento de las jornadas previas a los encuentros de clasificación como en el caso de la visita a España.

La generación de oro y la generación post-Maidán. Ya solo los nombres recuerdan a aquella selección de Oleg Blokhin que en la Eurocopa de 2012 quedó eliminada en la fase de grupos jugándose el todo o nada desde el inicio con dos delanteros —Shevchenko y Voronin—, un único mediocentro puro y con Gusev, un volante ofensivo en el lateral derecho… 

La generación dorada que disputó la Eurocopa sub-21 de 2011 y personificada en Yarmolenko y Konoplyanka, ha completado ya su proyección en la selección absoluta con otros nombres como Ratkistkiy, Stepanenko, Garmash, Selin, Morozyuk y Zozulya. Todos titulares o recambios habituales desde la fase de clasificación para Brasil 2014. 

Desde hace un año la guerra en el Donbass ha creado una crisis que afecta a todos los clubes de la Ukrainian Premier League [2], que no pueden atraer jugadores extranjeros y en varios casos han reducido sus presupuestos al mínimo desvinculándose de la práctica totalidad de sus plantillas. Esta coyuntura ha precipitado el debut o el mayor protagonismo de decenas de jóvenes ucranianos en el campeonato y Fomenko ya ha incorporado a varios de estos jóvenes como alternativas en las convocatorias de la selección absoluta: Sydorchuk, Budkivskiy, Ordets, Bolbat, Malinovsky, Burda, etc. 

Entre los más veteranos aún se mantienen en la selección ucraniana tres de los jugadores que acudieron al Mundial de Alemania 2006: el portero Pyatov y los mediocentros Rotan y Tymoshchuk, que ya ejerce más un rol de puente entre los técnicos y los jugadores.

Estilo de juego. Mykhaylo Fomenko ha definido un once tipo prácticamente invariable y muy competitivo. A partir de un esquema en 4-5-1 con tres mediocentros se desarrolla la idea de combinar la capacidad de contención en defensa y las llegadas de Yarmolenko y Konoplyanka como primera opción ofensiva.

En defensa la pareja de centrales por defecto la componen el portentoso Khacheridi (1,98) y el veterano Kucher. Khacheridi sale al corte o va al suelo en acciones de riesgo. Kucher tiene un rol más posicional y sobrio, de cierre. Ambos se complementan entre sí y además suponen una opción poderosa en las acciones de estrategia en las dos áreas. Mientras la decisión de relegar a Rakitskiy al banquillo denota el rigor táctico instaurado por Fomenko. En los laterales también hay una relación: en el izquierdo Shevchuk tiene velocidad y profundidad, mientras que Fedetskiy —más completo y polivalente— también puede incorporarse al ataque o quedarse en la retaguardia para ayudar a los centrales ante rivales de mayor nivel. Ambos han sido reconocidos por su carácter combativo y ha protagonizado actuaciones muy destacadas: Fedeskiy en un marcaje sobre Ribery en la ida del 'play-off' contra Francia, y Shevchuk con otro marcaje sobre Robben en el encuentro de octavos de la Champions disputado en Lviv.

Los tres mediocentros se disponen de manera escalonada para preservar el equilibrio y sumar también segundas opciones ofensivas. Stepanenko aporta agresividad, rigor y buena entrega de balón desde el pivote defensivo (posicional). Unos metros más adelantado, Rotan ejerce de cerebro del equipo con su capacidad para conectar con el ataque en corto o con desplazamientos largos y es el encargado de poner el balón en el área en las acciones de estrategia. El tercer mediocentro es Garmash, un todocampista con buen disparo y mucho despliegue físico que le permite desdoblarse entre el trabajo defensivo y sorprender constantemente como llegador en el área contraria. Durante la segunda lesión de rodilla de Garmash la principal opción de Fomenko para el tercer mediocentro ha sido el veterano Edmar, un brasileño nacionalizado y reconvertido desde la mediapunta que reúne calidad técnica, capacidad para contemporizar y tiene un rol más cerebral. Otras alternativa para el puesto de mediocentro ofensivo son: Olynyk, un mediapunta izquierda muy completo y con mucho gol que había sido clave en el Metalist como mediocentro y desapareció de la selección al no contar para Juande Ramos en el Dnipro; Bezus, un segundo delantero rápido y vertical con el que Fomenko quiso contragolpear a Francia en Saint-Denis y solo consiguió perder el centro del campo...; y Sydorchuk, unos de los jóvenes post-Maidán que ha destacado por su dinamismo y capacidad de llegada en el Dinamo Kiev.

Yarmolenko y Konoplyanka son los protagonistas ofensivos de la selección ucraniana, mediapuntas de banda que parten a pierna cambiada y que tienen capacidad para desbordar, completar acciones individuales con un disparo muy potente desde la frontal o asistir tras atraer a los rivales. Konoplyanka es un prodigio técnico con mucha habilidad y especialista en el golpeo de las faltas directas. Yarmolenko es más vertical y potente. Ambos son las estrellas de Ucrania y condicionan la elección delantero centro. Roman Zozulya esn un ‘9’ moderno que reúne remate, mucha capacidad de trabajo y movimientos horizontales para habilitar a Yarmolenko y Konoplyanka, y que también puede complementarse con otro delantero más de área y tradicional como Evgen Seleznev, su compañero en el Dnipro Dnipropetrovsk.

En suma la Ucrania de Fomenko es una selección equilibrada, que sabe a lo que juega, con un estilo siempre combativo, jugadores de mucho talento y un objetivo: Francia 2016.
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* Este artículo es una actualización del publicado en octubre de 2013 en SpheraSports
[1] War in Donbass  Wikipedia
[2] Formato urgente para el fútbol en Ucrania — SpheraSports

15 de noviembre de 2014

Bielorrusia: el ciclo de Georgi Kondratiev

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Georgi Kondatriev en el momento de anunciar su dimisión como seleccionador de Bielorrusia.

"Cuando no hay resultados el entrenador tiene que irse. [Tras empatar en Luxemburgo] Prometí que me iría y lo haré. No creo que a la Federación le importe. ¿Crees que la situación quizás pueda cambiar porque venga otro seleccionador?. Este es el resultado de 25 años de trabajo. Nuestra selección sub-21 pierde contra cualquiera. Estamos muy por detrás de las selecciones de primer nivel. Eslovaquia no es un equipazo pero también somos inferiores a ellos. Compara la calidad de nuestros jugadores con suya..." [1]. Tras perder en Borisov ante Ucrania y Eslovaquia, Georgi Kondratiev cumplió su promesa de presentar la dimisión como seleccionador y se justificó argumentando que el fútbol bielorruso no daba para más.

La etapa de Kondratiev se ha caracterizado por ser una sucesión de planteamientos específicos y defensivos en función del rival y por la escasa incorporación de jugadores jóvenes en las posiciones ofensivas. Su pragmatismo derivó en decadencia hasta concluir con un dato demoledor: Bielorrusia está fuera de las 100 primeras plazas del ranking FIFA por primera vez desde agosto de 2000. En febrero de 2011 había alcanzado la 36ª posición.

El ciclo de la sub-21. Georgi Kondratiev consiguió el mayor hito del fútbol bielorruso post-soviético cuando su selección sub-21 [2] alcanzó el tercer puesto en la Eurocopa de Dinamarca 2011 tras eliminar a Italia en el play-off y estar ganando a España en semifinales hasta el minuto 89. Kondratiev fue promocionado a la selección absoluta en diciembre de 2011 y dirigió a la selección olímpica en Londres 2012. El nombramiento de Kondratiev pretendía dar continuidad al bloque de la sub-21 de los que apenas se han incorporado como habituales en la absoluta el portero Aleksander Gutor, el central Egor Filipenko, el lateral Denis Polyakov y el mediocentro Stanislav Dragun. Mientras que prácticamente no se han incorporado los jugadores con más calidad ofensiva de aquella selección como Dmitri Baga y Pavel Nekhajchik ni los nuevos talentos del fútbol bielorruso como Artem Bykov, Pavel Savitskiy, Aleksandr Karnitskiy o Nikolai Signevich. "Hace falta más que un par de partidos buenos para entrar en la selección". Sin recambios en ataque, las lesiones de Vitali Rodionov y las no convocatorias de Aleksandr Hleb por motivos confidenciales limitaron mucho la capacidad ofensiva de la Bielorrusia de Kondatriev en la clasificación para Francia 2016...

Posibles sustitutos. La Federación de Fútbol de Bielorrusia (BFF) no tenía previsto un reemplazo para Kondratiev y los contactos se realizan en paralelo a los debates, opiniones y sugerencias en los medios. La cuestión principal es la del perfil: contratar a un técnico tradicional y entrado en la cincuentena o confiar en un preparador más joven como recientemente ha ocurrido en las selecciones ex soviéticas de su mismo rango: Armenia (Vardan Minasyan, 35 años), Estonia (Magnus Pehrsson, 37), Letonia (Marians Pahars, 38) y Moldavia (Curtean, 41). La BFF ha actuado de manera ambigua negociando un acuerdo con el joven Aleksandr Khatskevich (Dinamo Kiev II, 41) mientras ha nombrado como interino a Andrei Zygmantovich (51), quien ya formaba parte del cuerpo técnico de Kondratiev [3]. Las limitaciones económicas de la BFF impiden contratar a cualquier entrenador extranjero de renombre e incluso casi a los bielorrusos de más prestigio que han sido despedidos de sus clubes en este comienzo de temporada, Leonid Kuchuk (51) y Viktor Goncharenko (38).

Continuará... 

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[1] Belarus national team’s chief manager quits — EuroRadio.fm
[2] Bielorrusia U21: La empresa colectiva  DAVAI DAVAI !!
[3] La BFF siguió el consejo del también ex seleccionador y autoridad máxima del fútbol bielorruso Anatoly Baidachny, quien a su vez está enfrentado con la propia Federación