12 de julio de 2013

Chernomorets, ritmo latino en Odessa

Vista aérea del puerto y el nuevo estadio de Odesa.

Odessos. En origen una de esas colonias que los comerciantes griegos establecieron en el Mar Negro en busca de trigo y vino. Perteneció al gran Ducado de Lituania, al Imperio bizantino y luego al ruso. En la II Guerra Mundial fue ocupada durante 907 días por el ejército nazi. A finales del siglo XVIII la ciudad había sido rediseñada con propósito militar por Francisco de Rivas, un español al servicio de la emperatiz Catalina II. Odesa se convirtió en un puerto estratégicamente muy importante de Rusia hacia Europa. Actualmente luce ese todo ese pasado clásico, comercial, militar, aristocrático y cultural. Es la 3ra ciudad más poblada de Ucrania, un enclave de turismo interior (ex soviético) y parada de los cruceros que recorren el Mar Negro. La población de Odesa aumenta de 1 a 1,5 millones en verano.

El Chernomorets de Odesa (Chornomorets en ucraniano) fue fundado en 1936 con el nombre de Dinamo. Tras representar a varias filiaciones, con la muerte de Stalin el club fue redenominado definitivamente como Chernomorets “los del Mar negro”, nombre vinculado a la identidad portuaria de la ciudad. A partir de los años 60 con la descentralización el club se estableció como un habitual de la Soviet Top League. En los 80 los marineros consiguieron clasificarse en varias ocasiones para la Copa de la UEFA y el club se convirtió en un fenómeno social. Entonces los colores tradicionales azul y blanco comenzaron a cambiarse progresivamente por un azul más intenso y el negro para diferenciar al equipo y a sus seguidores, en una rivalidad creciente, del Dinamo de Kiev. Con la desintegración de la URSS el Chernomorets mantuvo un estatus importante en los años 90 con dos títulos de Copa (1992, 1993-94) y dos subcampeonatos de liga (1994-95, 1995-96). A partir de ahí el club sufrió problemas económicos y comenzó una época inestable con dos descensos en los años de entre siglos, y un tercero en 2010.

Roman Grigorchuk fue nombrado entrenador en noviembre de 2010 con el objetivo de volver a la élite del fútbol ucraniano. En esa misma temporada consiguió el ascenso y configuró un equipo con predominio de jugadores técnicos y un estilo de juego combinativo, de tipo latino. La identidad se acentuó con una singularidad: el 4-2-3-1 de Grigorchuk no dispone de un mediocentro defensivo, de contención. Desde entonces ese estilo ha sido irrenunciable a pesar de las limitaciones de la plantilla. El Chernomorets atravesó una fase crítica al comienzo de la temporada 2011-12: pasó de dominador a ser dominado en los partidos ante equipos de mayor nivel y velocidad en el juego. Grigurchuk contrató a jugadores libres o de muy bajo coste que reforzaron la plantilla en puestos clave: los centrales Berger y Fontanello, y el portero Bezotosny; y en el centro del campo incorporó nombres muy técnicos que mantenían ese estilo dinámico: Kirill Kovalchiuk, Leo Matos, Elis Bakaj, Sito Riera, y el delantero Burdujan. El buen ambiente en el vestuario creado por Grigorchuk permitió una adaptación rápida y plena de los refuerzos que llevaron al recién ascendido Chernomorets hasta el noveno puesto en la clasificación final. La progresión se mantuvo en la 2012-13: casi sin fichajes, el Chernomorets consiguió terminar en la sexta posición y alcanzar la final de Copa. La eficacia y la continuidad de su estilo fueron las constantes de un equipo con una carencia notable: la falta de pegada. Paradógicamente el Chernomorets terminó en puesto de UEFA Europa League y con un goal average negativo (-4).

En noviembre de 2011 se estrenó el Chernomorets Stadion, con capacidad para 34.000 espectadores. Es uno de los estadios más modernos del fútbol ucraniano. La atmósfera generada en el nuevo estadio ha sido otra de las claves en el éxito del Chernomorets de Grigorchuk. Disputar la Europa League, la ciudad, el estilo del equipo y el estadio son los atractivos que han permitido al Chernomorets incorporar al mediocentro internacional Oleksiy Gai tras acabar su contrato con el Shakhtar Donetsk. El nuevo dorsal 10 del equipo es precisamente un mediocentro muy técnico, llegador y con poca capacidad defensiva: tipo Chernomorets. Su presencia ha permitido traspasar al canterano Polytilo al Dnipro y obtener a cambio la cesión de Antonov, un delantero prolífico que paliará la falta de pegada de este Chernomorets de Roman Grigorchuk, que quiere volver a ser importante dando pases y sin mediocentro defensivo…

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